Si algo me enseñó Dumbledore es que, por más que algo suceda solo en tu cabeza, no significa que no sea real. Ese día entendí que no estoy loca, sino que las cosas aparecian en mi mente como una señal de alerta, con luces, colores y sonido.
La fantasía es relativa, la realidad es lo que elegimos que sea.
Yo no quiero hacerte de verdad, solamente quiero que seas un recuerdo, una especia de sueño que se borra cuando decido despertarme. No quiero que existas, solo quiero que desaparezcas cuando yo lo decida.
Pero si hay otra cosa que entendí, es que a veces ni nosotros mismos manejamos la realidad ni los sueños. Nos superan. Así como no podemos manejar que el sol se vaya y vuelva a aparecer al otro día, de esa misma manera, es como vos venis y te vas de mis pensamientos.
Así como yo no elijo con vos, vos no podes conmigo.
Aunque haya cosas que nunca cambian, también podemos elegir y modificar.
Irnos lejos, muy lejos. Tomarnos algún tren, quizás.