La sombra, la luz y el frío estremecen a la gente de la ciudad.
¿Para que sale el sol si nadie quiere verlo brillar?
"Ya no vale la pena jugar", piensa mientras corre hacia ningún lugar y los duendes y hadas se esconden detrás de los árboles para hacerla asustar cuando pasa por su lado. Siempre con miedo y atormentada, una desconocida frente al espejo, figuras que no logra descifrar.
Se achica, se desvanece. Las distancias se evaporan. El agua ya no cae y los vientos no soplan.
Es tiempo de volver a esperar.