Un día de esos en los que el cielo sonríe, y el sol irradia ampliamente sus hermosos rayos por cada rinconcito de la ciudad. Lentes que permiten ver con claridad. Afuera nuevas aventuras esperaban por concretarse.
Cada sector, cada olor, todo hacía que el recuerdo imborrable de tu nombre aparezca, otra vez, en el aire.
Seguía todo en el mismo lugar aunque todavía se sentía que estabas ahí, suelto por todos lados.
Pero nada impidió que hasta las estrellas siguieran brillando, más brillantes que nunca.
Y yo volví a ser grande. Una gigante en este mundo de sueños pequeños que crecen con enormes carcajadas.
Realidades que se aceptan, se anotan y se cumplen.
0 comentarios on "Sonrisas que matan"
Publicar un comentario