No me enloquezcas con tus agentes que ya nadie está para juguetes. Si somos dos, en realidad somos un millón. Nunca fuimos vos y yo, jamás hubo un amor que nos alejara del dolor. Estabamos condenados a decirnos adiós. Presos de un impulso de amarnos más cada día.
De odiarnos con pasión y, a veces, alegría.
0 comentarios on "?"
Publicar un comentario