Las hojas verdes florecidas por la visita de la primavera se mecen ligeras mientras el viento despliega su encanto en un baile magistral y las luces del cielo se funden y desaparecen lentamente detrás de las estrellas y la luna que comienzan a brillar.
Son pocas pero parecen millones. Son millones pero sólo importa una.
Abajo ya no están y parece que no volverán. Infinitas y mágicas alas abren su paso ante la magia del más allá. El tiempo no se escucha. Deja de respirar. Se detiene para siempre en un "te extraño más".
Vuelan en sus ojos los recuerdos más bellos que vio. Se atesoran en su mente palabras llenas de dolor.
El viento sigue soplando y aleja la pasión. Se lleva lejos el alma. Evapora la emoción.