¿Cómo sabemos cuándo es el momento de decir adiós?
Yo afirmo y soy total defensora de la frase que aquí en mi blog se repite en cada rincón: Hay que decir adiós y volver a empezar.
No, no es solo soltar. Es aprender a rehacer nuestras vidas después de una ausencia, después de no coincidir. Es volver a acostumbrarnos a la vida sin una pieza del rompecabezas. A diferencia del juego, en la vida las fichas se amoldan, se acomodan, encajan.
El problema es saber cuándo realmente es momento de volver a mezclar.
Es que, ¿realmente queremos saberlo? ¿De verdad queremos admitir que alguien nos falló, nos mintió? ¿Qué alguien simplemente no cumple con nuestras expectativas? ¿Qué alguien que nos hizo tan felices de pronto solo nos hace triste? ¿Qué tal vez no es el momento ni el lugar?
No puedo decirlo. No puedo saberlo. O mejor dicho, no quiero.
Es que a veces es muy pronto para decir adiós.
Nunca volvemos a ser los mismos después del paso de alguien por nuestras vidas.
Algo me dejaste. Algo me va a hacer pensar en vos esas noches solitarias, ajenas, casi inexistentes.
Yo afirmo y soy total defensora de la frase que aquí en mi blog se repite en cada rincón: Hay que decir adiós y volver a empezar.
No, no es solo soltar. Es aprender a rehacer nuestras vidas después de una ausencia, después de no coincidir. Es volver a acostumbrarnos a la vida sin una pieza del rompecabezas. A diferencia del juego, en la vida las fichas se amoldan, se acomodan, encajan.
El problema es saber cuándo realmente es momento de volver a mezclar.
Es que, ¿realmente queremos saberlo? ¿De verdad queremos admitir que alguien nos falló, nos mintió? ¿Qué alguien simplemente no cumple con nuestras expectativas? ¿Qué alguien que nos hizo tan felices de pronto solo nos hace triste? ¿Qué tal vez no es el momento ni el lugar?
No puedo decirlo. No puedo saberlo. O mejor dicho, no quiero.
Es que a veces es muy pronto para decir adiós.
Nunca volvemos a ser los mismos después del paso de alguien por nuestras vidas.
Algo me dejaste. Algo me va a hacer pensar en vos esas noches solitarias, ajenas, casi inexistentes.
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