La fantasía se funde con la realidad para dejar de ser dos extraños y volverse una misma sensación. Nadie puede saber que es irreal si nuestros sentidos lo perciben como natural. Que filosófica se vuelve la vida si se trata de buscarle el costado más perfecto y más común. A veces ser analítico sirve para destrozar corazones y derribar certezas que creíamos que lo eran.
Nada tenemos que sea concreto. Nada tenemos que sea fantasía.
Nada tenemos, pero al mismo tiempo, tenemos todo lo que queremos.
Yo puedo tener mil castillos, un planeta, cien unicornios y una corona.
Pero, a veces, cuando decido abrir los ojos, no tengo nada más que a mi misma.
Otras veces elijo todo y apuesto.
Mil fichas a la imaginación.
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